¿Estás en dificultades, los otros no te comprenden, no te consideran y hasta te desprecian? ¡Soy yo quien hizo eso!
Yo, el Dios Supremo, gobierno todas las cosas, dispongo de las circunstancias con sabiduría y bondad, divisando siempre el desenlace feliz que el ojo humano no siempre alcanza.
Tú no te encuentras en los actuales aprietos por mera casualidad.
Todo lo previne y lo permití, porque todo lo dirijo para tu propio bien.
¿No pedistes que te hiciera cada día más humilde?
Yo te puse en la escuela donde se aprende y se ejecuta esa rara virtud.
Las condiciones en que te encuentras, los compañeros que te rodean, aunque no lo sepan, están desarrollando Mi plan, cumpliendo Mi Voluntad con respecto a ti.
¿Enfrentas problemas económicas? ¿Tal vez aún no sepas cuándo, ni cómo harás para cumplir con tus compromisos? ¡Yo soy quién hizo eso!
Deseo que aprendas a depender de Mí, que descubras Mis recursos inagotables y que descanses en Mis promesas.
¿Atraviesas un cuadro de tristeza y sufrimiento? ¡Yo fui quien hizo eso!
Considera que serás más útil y más inteligente y Me Servirás en el ministerio entre tus hermanos afligidos. Solamente aquellos que aprendieron por la experiencia el lenguaje del sufrimiento, podrán hablar el lenguaje del consuelo.
¿Algún amigo te engañó, desamparándote en la hora difícil? ¡Yo soy quien hizo eso!
Dejé que pruebes esa cruel decepción, para que descubras más cerca de ti a otros amigos y, sobre ellos, el Amigo Verdadero: Jesús.
Te dejé desamparado, aislado y solitario, con el fin de que sintieras la bendición de Mi consuelo. Sí, yo deseé obtener tu confianza plena, y he hecho de todo para que Me constituyas tu mejor amigo.
¿Estás enojado, indignado, deprimido? ¿Alguien imprudente, injusta o perversamente habló de ti? Deja todo a Mi cuidado, hijo. Confíame sin recelo tu causa. Yo siempre juzgo con justicia. No tardo ni fallo. Protejo a los débiles y tomo venganza de las injusticias en el momento oportuno.
¿Fracasaron tus planes? ¡Yo fui quien hizo eso!
Hicistes los planes sin oírme y después vinistes apenas a pedir Mí bendición. Yo, sin embargo, tengo otros planes para tu vida; planes sabios y mejores, y quiero que los aceptes.
¿Deseaste mucho hacer algún trabajo notable, para servirme y ayudar a los hombres y en lugar de esto te encuentras en una situación difícil, o tal vez preso en un lecho de debilidad y de sufrimiento? ¡Yo fui quien hizo eso!
En los días de tu incesante actividad, procuré pero no pude atraer tu atención, ¡deseaba enseñarte preciosas lecciones de Mi "profunda sabiduría"! De los siervos más útiles que he tenido, retiré a algunos de la vida activa, y ellos, en sosiego y secreto, aprendieron ahora el difícil manejo del arma poderosa de la oración.
Mal va el hombre que no se reviste con Mi poder para los encuentros inevitables de la vida. Debes saber que las contrariedades son instrucciones divinas para quien en ellas repara. El dolor se transforma cuando llegas a descubrir Mi querer, Mi plan sabio, Mi mano en todo. Porque "no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca del Señor." Deuteronomio 8:3
Hijo mío, ¡Yo fui quien hizo eso!
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