lunes, 22 de junio de 2015

La Vanidad y el Orgullo



La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimo. El Orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la Vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.


La persona vanidosa tiene terror de mostrarse tal cual es, de ser original; y es ahí, dónde aparece la apariencia y busca vivir así, fingiendo ser por fuera lo que por dentro no tiene. En Eclesiástes 3 dice: "Vanidad de vanidades... todo es vanidad." 

Mire para donde mires, ves en el mundo como las personas viven actuando, sólo para ser aceptados por la sociedad, para decir: "tengo amigos, yo tengo lo último en moda!! Quiero tener lo mismo que ella tiene!!" 

Pero no se dan cuenta, que eso es pecado, es lo que entristece el alma, y es lo que te impide el crecer. Hasta incluso te hace ver como desesperado, porque vivís pensando en como llamar la atención de los demás. Dicen que el hablar mucho también es sinónimo de vanidad, porque te hace carente de acción. La vanidad te aleja de todos tus sueños, te hace una persona solitaria y falto de amor. Es el sentimiento mas devastador que el diablo puede usar en nuestra contra, porque te hace creer que sos superior, que nadie te puede derrumbar. Así mismo es la persona Orgullosa.

Por eso, se genera una confusión y se hace imposible identificar cuando estas siendo vanidoso y cuando estas siendo orgulloso. 

A continuación unas características del orgullo:

  • Es el pecado original de Satanás (Isaías 14: 12-15; Ezequiel 28: 12-17)
  • Contamina nuestro corazón (Marcos 7:21-23)
  • Genera contiendas (Proverbios 13:10)
En Proverbios dice: “Altivez de ojos, y orgullo de corazón, y pensamiento de impíos, son pecado” 
(Prov. 21:4)

La persona orgullosa nunca va aceptar la reprensión ni mucho menos que le digan que tiene que cambiar. Tiene malos ojos y su corazón esta lleno de odio y rencor, tristeza y sin sabor (amargura), no encuentra la salida a sus problemas y es incapaz de reconocer sus errores (ni mucho menos cuando miente), se cree perfecta y hasta la mas bella. Es tanta la convicción que tiene de si misma, que hasta cree que sin ella no van a lograr hacer nada, y es así como logra su permanencia. Crea situaciones que lleve a los demás a creer eso de verdad.

El Orgullo causa:


1) Ingratitud: el orgullo nos impide dar crédito a Dios por las cosas buenas y nos lo atribuimos a nosotros. Ejemplo:
  • Apariencia física (el ejercicio, dietas) 
  • Mis capacidades (Santiago. 1:17, mi esfuerzo) 
  • Los hijos (nuestra herencia) 
  • Posesiones (mi trabajo) 
2) Independencia: la ingratitud resultante del orgullo nos lleva a la independencia (“No necesito a Dios”), porque creemos que nosotros somos los responsables del éxito 

3) Intolerancia: (fariseos) el orgullo nos lleva a despreciar a otros bajo la suposición de que somos los únicos perfectos que van al cielo; el orgullo es tan sutil que podemos llegar a estar orgullosos de nuestra humildad.

4) Incapacidad para aceptar la gracia y perdón de Dios: el orgullo nos puede impedir entrar al cielo y aceptar el perdón, ya que nos dice que nos debemos ganar el perdón con nuestras obras.

Solución: tengamos una visión correcta de nosotros mismos; la buena visión puede ser dolorosa, pero debemos desarrollarla mediante la humildad. La humildad consiste en vernos desde la perspectiva de Dios. Una correcta actitud consiste en decir: “No yo, sino que Cristo vive en mí”.

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