"Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.
¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y herir con el puño inicuamente."
Isaías 58:1-4
El Señor dice en estos versículos que hay personas que ayunan para dañar a otros y para que Dios salga a su favor.
Ayunan para deshacerse de aquellos que ven como rivales y que necesitan sacar de su alrededor; pero no se dan cuenta que están pecando contra la voluntad de Dios. Están quebrantando su Palabra y no están respetando sus leyes ni sus mandamientos, sino que están rompiendo su pacto, la alianza que hicieron con el Señor.
En otras palabras, se rebelaron contra Él, alegando que ellos tienen ese derecho, porque Dios los escogió. Y es cierto!!
Pero no para hacer maldades ni para destruir, sino para hacer el bien y construir sobre los cimientos que el Señor dejó preparado, un futuro cristiano, que sirva para salvar almas.
Aunque a muchos les cueste entender, es el Señor quién elije, quién lo va a servir, y no el hombre.
Porque cuando un siervo comienza a secarse por dentro, debe ser arrancado; pero antes que eso ocurra, el Señor va a intentar retrasar eso, porque a ningún Padre le gusta perder a su Hijo ni apartarlo de su seno, por más que esté llenos de errores.
Sin embargo, ese siervo va a negarse a perder su lugar. Aunque tenga que intentar matar a su sucesor, así como Saúl quiso hacer con David porque no quería perder su autoridad ante el pueblo, pero ante Dios, ya lo había hecho.
Consejo
Siervos!! Cuide de no ser arrancado del árbol del Olivo (de la Vida)
Y recuerde, el árbol se alimenta y se sostiene de las raíces (Dios) y no de las ramas (nosotros)
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