viernes, 6 de febrero de 2015

La Rutina


Le dijo el aprendiz al maestro¿Qué es la RUTINA?

Y sonriendo compasivamente, como siempre, le dijo:

La RUTINA es la llave para dejar de saborear la vida... 
Tira la llave que cierra mentes... 
Y abre la mente que reconoce las llaves... 
Y podrás saborear cada instante de tu vida.








Muchas veces no nos damos cuenta y nos sumergimos en la rutina. Comenzamos hacer todos los días lo mismo, hasta llegar a perder la alegría y las ganas de vivir. Sentimos que todo se nos viene abajo y hasta perdemos nuestra voluntad, nuestro amor propio.


La única manera de salir de ese estado, es buscando hacer siempre cosas diferentes. Buscando cambiar nuestras actitudes y pensamientos. 
Debe haber una transformación espiritual!!!

Por eso, Albert Einstein dijo:
" Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes."

En otras palabras, si sabes que eso que estás haciendo no funciona, debes buscar otras alternativas y no quedarte con las que ya conoces por miedo al fracaso.

Escrito esta: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡ojala fueses frió o caliente. Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca." (Apocalipsis 3: 15-16)

Este es el estado en el que nos quedamos cuando aparece la apatía (dejadez y falta de vigor), ya que empezamos a desilusionarnos por estar habituado a un mundo conformista, donde caemos en la monotonía y el aburrimiento. 
Cuando se vive rutinariamente, la apatía apaga el entusiasmo y la vida comienza a perder el sazón, el sentido, la belleza y la novedad; y pasamos a tener cansancio físico y espiritual. Hasta nuestra mente se agota de siempre estar en el mismo lugar sin poder avanzar. 
Dios nos reprende, porque no estamos mostrando la luz y el brillo del Espíritu Santo. Siempre manteniendo el mismo camino de asistir a la iglesia, participar de las reuniones, orar, cantar y decir adiós, un mes y otro, una año y otro año, ofrendar y sacrificar solo por hacerlo o por cumplir y quedar bien ante las autoridades, sin pensar si con eso estamos agradando a Dios. No colocamos el corazón en lo que hacemos.

Reflexionemos juntos!!
Esto no es bueno para ti ni para los que te rodean. Por eso, haz lo siguiente: 

* Concéntrate en las posibilidades que tienes al alcance.
* Sacude cualquier complejo de inferioridad que te paralice. 
* No te limites.
* No seas vagón de cola. Procura ser locomotora que arrastra a otros.
* Abre tu mente a nuevas posibilidades e ideas.

Para lograrlo tienes que romper la cuerda que te ata a la infancia, tienes que salir de la rutina en la que has caído, tienes que sobreponerte a la apatía y al desgano.







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