jueves, 6 de agosto de 2015

Los dos Adán


"Está escrito: fue hecho el primer hombre Adán, ALMA VIVIENTE; el postrer Adán, ESPÍRITU VIVIFICANTE.
Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial."
1 Corintio 15:45-47 y 49


Según las escrituras hay dos tipo de Adán, uno llamado "Alma Viviente" (terrenal o carnal); y el otro, "Espíritu Vivificante" (espiritual)

Por qué!!?
Porque primero somos hecho carne para que aprendamos el pecado.
Luego, somos llamados para ser espirituales, que es cuando buscamos arrepentirnos de nuestros pecados; es decir, que debemos dejarnos morir para el mundo, para matar nuestra carne (voluntad, deseos, celos, odio, envidia, etc.); y así, desprendernos de nuestras viejas costumbres (que aprendimos de nuestros padres) y de nuestras malas actitudes, para pasar a practicar la Palabra de Dios.

Por eso, es necesario que entendamos que nosotros nacemos con el carácter y el comportamiento de la carne, y que uno no funciona sin el otro. Si primero no conocemos la vida terrenal y sus consecuencias, nunca vamos a querer ni desear conocer lo espiritual. Porque es en medio del sufrimiento, cuando buscamos una oportunidad, una salida a esa herida.

Sin embargo, para poder encontrar esa salida (Salvación del Alma) debemos sacrificarnos y dejar el pasado atrás y enfocarnos en mirar hacia adelante, buscando tener un futuro prometedor, que no nos obligue a sentir vergüenza de las tonterías que uno hizo, cuando estuvo perdido en el mundo y muerto en vida.
Nuestra única salida, es el Señor, es dejar que Él nos resucite y nos transforme como el alfarero a su vasija; para pasar a ser la imagen del Dios vivo para los demás, y consecuentemente, heredar el reino de Dios. Debemos morir en la carne, para salir victoriosos, en el espíritu.

Todo eso lo podemos constatar en el siguiente versículo, que dice:

"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad."
1 Corintios 15:51-53




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